La importancia de los desfibriladores.
Hemos visto este fin de semana (encuentro de fútbol Cádiz – F.C. Barcelona) la necesidad de la existencia de desfibriladores en eventos deportivos y/o en espectáculos públicos.
En el estadio Nuevo Mirandilla, gracias a la rápida actuación, se pudo facilitar la asistencia médica y la posterior reanimación de un hombre que estaba sufriendo un problema cardiaco en la grada.
Un desfibrilador es un dispositivo electrónico portátil que diagnostica y puede ayudar a restablecer el ritmo cardíaco cuando una persona sufre un paro cardíaco.
Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de fallecimientos en el mundo. La OMS estima que hasta 2030 se producirán cerca de 24.000.000 de fallecimientos accidentes cardiovasculares.
La actuación rápida y efectiva es vital. Gracias a la combinación de herramientas, como los puntos de rescate cardíaco, y la RCP se podrían salvar más del 70% de las personas afectadas por una parada cardíaca.
Sin embargo, no termina de desplegarse una instalación masiva de estos aparatos. ¿A qué se debe?
17 normativas autonómicas distintas.
Las competencias sanitarias están transferidas a las comunidades autónomas, lo que hace que la instalación de desfibriladores sea obligatoria en unas regiones, recomendadas en otras, y que los supuestos y sujetos obligados sean distintos también, en función del territorio.
A mode de ejemplo, el Decreto 30/2019, de 12 de febrero, del Gobierno de Aragón, por el que se regula el uso de desfibriladores automatizados externos fuera del ámbito sanitario obliga a las superficies comerciales de más de 2.500 metros cuadrados, las estaciones de trenes y autobuses en poblaciones de más de 25.000 habitantes; también los centros educativos deberán disponer de desfibriladores.
Así, en Aragón, los desfibriladores automatizados o semiautomáticos externos (DEA o DESA) tendrán que instalarse, asimismo, en aeropuertos, centros de ocio, deportivos y piscinas con un aforo igual o superior a 300 personas; centros de trabajo con más de 250 trabajadores; residencias de más de 200 plazas; hoteles de más de 100 plazas y en una patrulla de las policías locales en los municipios que las tengan.
También varían las personas con competencias y la formación para adquirirla: En Aragón (continuando con el ejemplo) se consideraban competentes los médicos y enfermeros y el resto de personas solo si recibían formación específica (8 horas; el programa de formación está descrito de forma detallada en el decreto) para su uso fuera del ámbito sanitario. Desde 2019 también se incluyen los Técnicos en Emergencias Sanitarias.
Sin embargo, en caso de urgencia, cualquier persona puede prestar la asistencia, siguiendo los pasos descritos por los servicios de emergencias, con independencia de la ubicación y de la propiedad o titularidad de los aparatos.